mercoledì 7 aprile 2010

El Huracán

Normalmente se puede prever la llegada de un chubasco o de un simple aguacero de verano, de estos que te empapan hasta los huesos pero nada más, simplemente pasan según como vaya el viento.
El caso de un huracán, es diferente. Nadie lo puede prever, ni sentir con antelación, ni percepir su posible llegada. El huracán llega y punto, sin que puedas tener sensaciones, se te planta por delante de tí y arrastra todo lo que encuentra, tú mismo no puedes escaparte, estás en sus brazos y no hay salida, tienes que luchar contra él, no dejar que te agarre, que se haga completamente contigo...
O puedes dejar que te lleve donde él quiera, sin pensar, el huracán te hace soñar, tiene el poder de despertarte, te abre los ojos. Por delante no ves nada todavía, pero sabes que la dirección no importa, el sabor de este huracán es un perfume, su fuerza te coge y te enamora, ahora si, no te queda más remedio, estás en el medio de él, y solo tienes que cerrar los ojos...

Es verdad, el huracán destruye, pero sabe destruir incluso el pasado que todavía tienes secuelas en tus entrañas dañadas y puede llegar incluso a construir, a darte esperanza y a fortalecerte. Solo tú puedes decidir si seguir dejandote llevar o pararte y esperar que pase y siga su camino, alejandote de las emociones que conlleva consigo.

El huracán te siente, identifica tus movimientos, sabe leer en tus ojos, se hace con tus sentimientos, llega al fondo de tu corazón y aprende a conocerte, y tú aprendes a conocerlo.

Ahora ya es tarde, el huracán ha pasado, y aunque no quieras seguir sus pasos, aunque quieras quedarte clavado y no quieras arriesgar, sus ráfagas han trepado por tu cuerpo, dejando huella de su pase.

El huracán llegó. Que me lleve donde quiera, pero que me lleve!

Nessun commento:

Posta un commento