mercoledì 14 giugno 2017

Silencio elocuente

Descalzo, mirando para abajo. Unas piedritas tibias generan cosquilleos a dos pies ansiosos de bañarse, mientras la mirada contempla el fondo verde de un pozo azul columpiándose. Las olas se rompen en la orilla. El grito del mar se hace más fuerte. Su eco es poderoso. Irresistible. Es la revolución del planeta perpetrada en el agua.

Corto la película de agua con los brazos, de uno en uno, sacando la cabeza cada tres para respirar. Esclavo de una boca que acapara todo lo que una nariz defectuosa atasca, abro los ojos bajo el cielo acuático, en un inframundo reflejo inverso de lo terrenal, donde el oxígeno falta y la vista es débil. Atrapado en el sueño, busco el desahogo, una vía de escape del sol que quema al exterior.



Salgo. Los ojos rojos. La media vuelta para contemplar el infinito.Y la soledad se convierte en compañía, mientras las aguas me hablan a su manera. En esta lengua que a veces no consigo entender, pero que cuando agarro, me fascina. Es el silencio elocuente de quién está lejos, pero sigue flotando cuál botella con un mensaje en su interior.

El salitre en los hombros reluce al sol. Y trae recuerdos. Imborrables. Y el pensar se dirige, anárquico, hacia las tripas, que devuelven el temblor al corazón. Es un laberinto sin pistas. Y ni el ruido de las olas me guía. Es un continuo caminar, tropezar y levantarse. Es así.

1 commento:

  1. Anarquía sentimental... Vive todos los días de tu vida

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